Que entendemos por microempresa, una palabra algo gráfica, podríamos imaginar que es una empresa microscópica si consideramos su capital, sus ventas y la cantidad de personal que ocupa.
Una gran empresa requiere un enorme capital para constituirse;
imaginemos la inversión inicial necesaria para arrancar una empresa automotriz,
pensamos en cifras millonarias solo para construir la planta y adquirir maquinaria,
y luego debemos calcular sumas fabulosas para cubrir los costos de producción –
materia prima, labor, energía etc – es demasiado dinero.
Una microempresa prácticamente no requiere capital. Generalmente,
un emprendedor no requiere alquilar oficinas ni construir talleres, sino que
produce en el ambiente que vive. Producir tampoco es un gasto, ya sea porque
utiliza materiales de bajo precio o porque se dedica a los servicios.
En cuanto a ventas, las empresas grandes suele copar un
espacio grande en el mercado, pero les ha costado largo tiempo y mucho dinero
ocupar la posición que ostentan. La microempresa venderá poco, principalmente
porque estará creciendo y, en consecuencia, producirá poco.
Por ultimo las grandes empresas ocupan un número de personal
acorde con su posición en el mercado.
La microempresa, en cambio, suele ser un negocio
unipersonal. El emprendedor cubre todas las funciones, desde gerente hasta
analista, y cuando comienza a pensar en
crecer, no duda en contratar a sus familiares y amigos.
Otra característica de las microempresa es que funciona con
un bajo nivel tecnológico. El taller de un emprendedor suele estar plagado de
herramientas a la vieja usanza, y en la oficina tiene a lo sumo una vieja computadora
personal.
Esto es natural, ya que la maquinaria moderna suele ser costosa y está orientada a la gran producción. El emprendedor debe suplir
con su persona a la máquina, pero tiene que conservar una mentalidad abierta al
respecto. A la hora de reinvertir en el negocio, un mínimo adelanto tecnológico
puede redundar en un gran salto productivo.
Finalmente la última característica de la microempresa es
que ésta tiene una baja rentabilidad, mientras las grandes empresas poseen altas tasas de ganancias, esto es directamente proporcional a su tamaño e inversión
en el mercado, el emprendedor sabe que debe trabajar duro para llegar a ese
nivel. La rentabilidad obtenida debe ser suficiente para asegurar la
continuidad del negocio y dejar además un pequeño beneficio. Es un error común
del emprendedor calcular de manera demasiado optimista las ganancias del
negocio al corto plazo; lo cierto es que al inicio se debe ser cauto y llevar
una contabilidad estricta.
Recuerda: una microempresa maneja bajos márgenes de rentabilidad, pero también bajos costos de puesta en marcha.
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